En este preciso instante, en este exacto espacio-tiempo, ahora,
soy plenamente feliz.
(Ríos de felicidad recorren mis venas, me hacen cosquillas... me hacen reir.)
Desde el Desierto
Desde el Desierto son muchas cosas a la vez, un diario, un lugar donde poner ideas, donde recomendar musica, libros, películas. Y todo ello con la ambiguedad de ser personal y público a la vez.
lunes, septiembre 12, 2005
viernes, septiembre 02, 2005
noche
Eran las 3 de la madrugada, la luz del flexo iluminaba intensamente los apuntes de Redes para el examen de mañana... no, de hoy, y en ese ambiente de quietud sólo escuchaba mis pensamientos, es una delicia estudiar a estas horas donde todo duerme, donde la mente puede pensar con claridad, sin obstáculos.
Giro la cabeza intuyendo el sonido del teléfono movil que va a sonar de un momento a otro... es un mensaje, llega y suena. Miro la hora y me doy cuenta de que es su hora del descanso, justo ahora estará a casi 2000 kms pensando en mi... Cojo el movil y sin leer el mensaje ya sonrio, conozco sus sentimiento sin necesidad de leer lo que me escribe. Su mensaje pone: "si no duermes hazme una perdida y te llamo para hablar un ratito". Pienso... "¡son las 3 de la mañana!", pero mientras ya me he puesto el forro polar porque afuera debe de hacer frío... Y salgo de mi cuarto, y subo haciendo el mínimo de ruido las escaleras en busca de la noche, en busca de un lugar donde poder hablar con ella sin temer oidos indiscretos o cortes de la maldita cobertura... Y la llamo, y me llama, y hablamos, "hola... tenía ganas de hablar contigo...", son sólo 10 minutos de conversación, ella tiene que volver al trabajo. Hablamos de nada, no me llamaba para nada, tan solo queria hablar conmigo, tan solo oirme. Nos decimos las ganas que tenemos el uno del otro, que la espera llega a su fin y que nos encontraremos. Hablamos muy bajo, casi en susurros, para que la noche no me oiga, para sentir que le hablo al oido como tanto le gusta.
Nos despedimos con prisas, su tiempo de descanso se acaba y debe volver, nos decimos hasta mañana aunque ya es mañana. Y cuelgo, y paseo por mi azotea sintiendo la noche, hoy no hay luna y mi miopía no me deja ver claramente unas estrellas que se que estan ahi... pero bueno, eso da igual. Tengo dentro una sensación de vida muy fuerte, me siento vivo, con el interior latiendo. Con la certeza de ser yo, de verme reflejado en mi mismo. De estar ocupando mi espacio a la vez que mi cuerpo. Y... ya no quiero volver a estudiar, quiero quedarme en la noche, muy quieto, disfrutando de haberme encontrado al fin,
de que ella me haya encontrado al fin...